La publicidad sexista es una herramienta más del sistema patriarcal para cosificar a la mujer con el fin de mercantilizar su cuerpo, utilizándolo para conseguir mayores beneficios. Desde la publicidad se modelan los cuerpos femeninos para vender sus productos, conduciéndolos hacia lo antinatural y convirtiendo así a las mujeres en un mero objeto de atracción.
Esta publicidad nos degrada, nos esclaviza bajo sus cánones de belleza, nos intenta volver inseguras, nos hace cuestionarnos nuestros propios cuerpos… Y no, no queremos. No queremos que nos marquéis unas medidas concretas, sean las que sean. No queremos que estas medidas se conviertan en una meta. No queremos cuestionarnos nuestra imagen por vuestra intrusión en los cánones. No queremos que nuestro cuerpo se convierta en el reclamo de vuestra industria. NO QUEREMOS VUESTRA PUBLICIDAD MACHISTA EN NUESTRAS CALLES.
Esta publicidad nos degrada, nos esclaviza bajo sus cánones de belleza, nos intenta volver inseguras, nos hace cuestionarnos nuestros propios cuerpos… Y no, no queremos. No queremos que nos marquéis unas medidas concretas, sean las que sean. No queremos que estas medidas se conviertan en una meta. No queremos cuestionarnos nuestra imagen por vuestra intrusión en los cánones. No queremos que nuestro cuerpo se convierta en el reclamo de vuestra industria. NO QUEREMOS VUESTRA PUBLICIDAD MACHISTA EN NUESTRAS CALLES.
Algarada